Ingredientes:
Ajo: Dientes de ajo pelados (la cantidad necesaria para llenar tu frasco).
Sal: Sal marina (o sal sin yodo). Proporción: aproximadamente 2% del peso del agua y el ajo combinados (esto es clave para una fermentación segura).
Vinagre de manzana: 1 cucharada (actúa como acidificante inicial que ayuda a prevenir bacterias no deseadas).
Agua: Agua filtrada o embotellada (sin cloro, que puede interferir con la fermentación).
Materiales:
Frasco de vidrio con tapa (limpio y esterilizado).
Algo para pesar (opcional pero recomendado para la sal).
Procedimiento Paso a Paso:
Preparar el ajo: Pela los dientes de ajo. No es necesario cortarlos si el frasco es pequeño.
Llenar el frasco: Coloca los dientes de ajo pelados dentro del frasco de vidrio limpio, dejando unos 2-3 cm de espacio en la parte superior.
Preparar la salmuera: En un bowl aparte, disuelve la sal en el agua. La proporción más segura es calcular el 2% del peso total. Por ejemplo, si el ajo y el agua que caben en tu frasco pesan 500 gramos, necesitarás 10 gramos de sal.
Añadir el vinagre: Vierte la cucharada de vinagre de manzana sobre los ajos en el frasco.
Cubrir con salmuera: Vierte la mezcla de agua con sal (salmuera) en el frasco, asegurándote de que el ajo quede completamente sumergido. Deja ese espacio de 2-3 cm en la parte superior.
Cerrar y almacenar: Tapa el frasco, pero no herméticamente al principio. Colócalo en un plato o recipiente (por si rebosa) y guárdalo en un lugar fresco, oscuro y seco.
Fermentar y "eructar":
Durante la primera semana, abre la tapa brevemente una vez al día para liberar los gases acumulados ("burping"). Luego, puedes hacerlo cada 2-3 días.
La fermentación estará lista en 3-4 semanas. Sabrás que está listo cuando el ajo tenga un color dorado o ámbar y un aroma suave y agridulce.
Almacenar: Una vez fermentado, puedes guardar el frasco en la nevera (refrigerador). Esto ralentizará enormemente la fermentación y lo conservará durante meses.